
Según la Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión (ASCRI) (https://www.ascri.org/ ) la inversión de los fondos de Private Equity se dirige principalmente a empresas en crecimiento o ya consolidadas (a diferencia de los fondos de Capital Riesgo que invierten en etapas más tempranas de desarrollo).
Los fondos de Private Equity se distinguen entre si por las características de los proyectos por los que se interesan. Cada fondo tiene sus exigencias a la hora de escoger un posible objetivo de inversión. Entre los criterios de especialización más comunes podrían enumerarse los siguientes:
- Tamaño máximo y mínimo de la empresa o de la transacción objetivo: facturación, EBITDA, valoración,……
- Adquisición de control o posible participación minoritaria
- Actividad económica: fondos más o menos generalistas o especializados
- Territorio de implantación: Generalmente los fondos que operan en España invierten directamente sólo en empresa españolas; algunos fondos circunscriben su ámbito geográfico a invertir exclusivamente en ciertas regiones.
- Según la modalidad de inversión: se describen a continuación algunas de las especialidades más corrientes:
Operaciones de “Capital expansión o desarrollo” (Growth Capital)
Son inversiones para la financiación del crecimiento. Las empresas destinatarias de la inversión suelen tener un buen track record histórico, un buen equipo directivo y un sólido Plan de Negocios para el que se requiere financiar fuertes inversiones. El destino de los fondos (generalmente aportados mediante ampliación de capital) puede dirigirse a la adquisición de activos fijos, incremento del fondo de maniobra para el desarrollo de nuevos productos o acceso a nuevos mercados.
Operaciones de “Capital Sustitución” (Replacement Capital)
En este caso el capital aportado se destina principalmente a la adquisición de acciones o participaciones de una parte de los socios. Caso típico de empresas familiares cuando alguno de los accionistas o grupos de accionistas tiene discrepancias sobre los objetivos empresariales del grupo que controla la gestión y prefieren desinvertir.
Operaciones apalancadas (LBO):
Se aplica en la compra de empresas por parte de un Inversor en operaciones en que el pago del precio se estructura mediante una combinación de fondos propios y de deuda a largo plazo con la garantía generalmente de los propios activos de la empresa adquirida y con la garantía también de los flujos de caja que ésta espera generar. Esta operación puede aplicarse en empresas poco apalancadas previamente y con generación de cashflow estable y suficiente.
Operaciones de reestructuración (Turnaround):
Esta es la especialidad de algunos fondos (en ocasiones denominados “fondos buitre”) que invierten en empresas que atraviesan dificultades durante un período prolongado de tiempo y que necesitan recursos financieros para implementar grandes transformaciones y capacidad de gestión para la reestructuración operativa que abarca todos los aspectos de la empresa (instalaciones, personal, productos,…). En estos casos el inversor aparte de aportar capital se implica directamente en la gestión.
Según ASCRI, existen en España más de 200 entidades de inversión (incluyendo las empresas de capital riesgo) que gestionan más de 25.000 millones de euros para invertir y cuentan con unas 3.000 empresas participadas (o adquiridas) por estas clases de inversores. Se expone a continuación una gráfica mostrando la evolución del capital invertido en España y el número de operaciones en los últimos 10 años: